
¿Qué errores de escritura te delatan como un escritor inexperto?
¿De qué forma te equivocas al redactar y echas por tierra cuanto has trabajado en tu libro?
No te preocupes.
En este artículo te voy a presentar algunas de las erratas estilísticas más frecuentes que todos cometemos al escribir, y también algunos ejemplos de cómo puedes enmendarlas.
Pero antes de que comencemos, recuerda que puedo ayudarte a solventar estos pequeños errores y que tu libro quede redondo.
¿Cómo? A través de mi Programa de Asesoramiento. Llevo casi 14 años ayudando a escritores que, como tú, quieren cumplir su sueño de pueblicar, y he ayudado a más de 600 escritores a estar en librerías. Entrar a forma parte de mi Programa es sencillo. Solo tienes que contestar a a las preguntas del formulario que encontrarás al final de la página (hacerlo no te compromete a nada). Si considero que puedo ayudarte, te escribiré en 24-48 horas y hablaremos de tu libro.
Y ahora, retomando el tema del artículo de hoy, los errores de escritura más comunes que te muestran como un escritor con poca experiencia, debo decirte que se cometen, sobre todo, cuando estamos ante nuestra primera novela. El primer texto suele conllevar inexperiencia, tanto a la hora de dar forma a la historia como, en muchos casos, al usar un buen estilo.
¿A qué debes enfrentarte cuando escribes?
Si eres de los que me sigues con frecuencia a través de mis artículos, sabrás que en muchas ocasiones te he hablado de la importancia de que ahora mismo te presentes ante los editores y los lectores como un escritor profesional.
Independientemente de si tienes experiencia con la edición o no.
¿La razón? Por supuesto, la competencia a la que tienes que enfrentarte, cada vez mayor. Sobre todo, si escribes novela negra, de fantasía, juvenil o histórica, que son los géneros no solo más demandados, sino también los más escritos en este momento.
Y es que todos los días salen al mercado libros de escritores muy buenos que se abren hueco en el mundo de la publicación.
Además, por otro lado, si quieres tener cierto recorrido a la hora de publicar, tienes que demostrar que tu novela no es «flor de un día». Sino que te tomas en serio la escritura y que deseas seguir creando, más allá de tu primera incursión editorial.
Por tanto, tengas experiencia o no a la hora de escribir y publicar, la editorial siempre ha de percibirte con un escritor involucrado en la literatura, que controla no solo el género que escribe sino también, y por supuesto, el estilo que emplea al hacerlo.
Y ese recorrido comienza por el uso correcto del estilo, de la ortografía y la gramática.
¿Vemos entonces cuáles son los errores en tu escritura que pueden hacer que el editor te perciba como inexperto?
Errores de escritura en tus textos
1- ¿Eres de los que escribes frases largas o por el contrario siempre te quedas corto?
Sea de una forma u otra, lo importante es que las oraciones tengan una longitud adecuada a tu historia, a tus lectores, y al género literario que estás escribiendo. Por ejemplo, si escribes novela histórica, quizá apuestes por párrafos y frases que sean más extensas que si dar formas a una novela juvenil, ya que en esta última prima la acción frente al género histórico, donde predomina el tono más descriptivo.
Si las oraciones son demasiado extensas tu lector puede perderse y aburrirse, y si son muy breves quizá le estás restando información no solo a la trama, sino también al lector.
Es decir, en esas frases cortas no estás aportando nada.
¿Una solución? Si eres de los que siempre apuesta por frases largas, puedes trabajar esas oraciones tan extensas hasta que vayan siendo más cortas. Porque, si tienes que elegir entre párrafos extensos y otros de menos longitud, siempre mejor frases cortas (pero con sentido, por supuesto).
2- En algunos libros de los que reviso y trabajo he visto el uso de frases subordinadas frente a las coordinadas.
Y la voz pasiva frente a la voz activa, y esto es un error que ralentiza la lectura y la comprensión del texto.
Recuerda, si tienes que escoger, no te olvides de esta máxima: sencillez en la escritura.
Por tanto, pónselo fácil a tu lector, sin oraciones enrevesadas, complejas.
Y es que no es lo mismo decir:
Los árboles que estaban en el jardín fueron cortados en primavera por el jardinero
Que escribir:
El jardinero cortó en primavera los árboles que estaban en el jardín.
Siempre mejor la segunda opción, que es una oración en voz activa.
Cuidado con las explicaciones largas
3-Ten precaución con los incisos extensísimos.
Estos recursos sirven para explicar y se colocan entre comas, rayas o paréntesis.
Por eso, si el inciso es excesivamente largo, puede que tu lector no sepa cuándo comienza y cuándo acaba. Puede equivocarse, por tanto, perderse en la explicación y «salirse» de la trama principal de la historia.
Por ejemplo, imagina que encuentras un inciso así:
La joven, que en ese momento pasaba por la calle —una calle estrecha, donde los edificios que se levantaban apenas dejaban ver la luz del sol, donde siempre olía a comida rancia y en la que la ropa de cama ocupaba un lugar preminente en las ventanas. Ventanas oxidadas, de cristales ajados por los años, esos mismos años que veían cómo esa calle estrecha moría lentamente, al mismo tiempo que lo hacían los vecinos de las casas que la circundaban—, no se fijó en que la seguían.
¿Ves lo extenso que es con la descripción en medio?
Es verdad que la raya puede darte una pista de en qué momento arranca el inciso y cuándo termina, pero estás dejando una frase a medias:
La joven, que en ese momento pasaba por la calle (INCISO), no se fijó en que la seguían.
Lo más recomendable y correcto sería escribir:
La joven, que en ese momento pasaba por la calle, no se fijó en que la seguían. Era una calle estrecha, donde los edificios que se levantaban apenas dejaban ver la luz del sol, donde siempre olía a comida rancia y en la que la ropa de cama ocupaba un lugar preminente en las ventanas (…)
Errores con las frases hechas
4- ¿Qué me dirías si abres un libro y ves que comienza con la expresión Érase una vez…?
Podrías pensar que, o bien es un cuento infantil, o que una vez más el autor está usando una frase manida y que apenas aporta nada. Esto es lo que se conoce como cliché, y debes huir de ellos.
Es decir, hablamos de aquellos recursos, expresiones y frases hechas que se repiten y que hemos escuchado en infinidad de ocasiones. Vamos, que de originales y frescos, nada de nada.
Por eso, debes buscar ser tú mismo y ser original con la escritura (cuidando la corrección, por supuesto). Así que, como te digo, olvida ideas del tipo de que los buenos siempre ganan a los malos, el héroe siempre es fuerte y valiente, o que la apariencia del personaje debe reflejar su personalidad.
Apuesta, crea, genera tu propias experiencias literarias. Cuando más aportes al lector, mejor. Y cuanto más original trates de ser en la concepción de tu novela (respetando las condiciones del género, por supuesto), mucho más posibilidades tendrás de publicar.
5- Cuida el el vocabulario, y ojo con los gerundios y los adverbios que terminan en -mente.
¿Por qué te comento esto?
Porque tanto unos como otros ralentizan la lectura y dificultan la comprensión.
Sobre todo, no abuses de los adverbios terminados en -mente en la misma frase o en el mismo párrafo.
No es lo mismo decir:
Caperucita iba alegremente por el bosque cuando se encontró con el lobo.
Que decir:
Caperucita iba alegre/ de forma alegre por el bosque cuando se encontró con el lobo.
O escribir:
Caperucita, caminando alegremente por el bosque, se encontró con el lobo.
Que afirmar:
Caperucita, que caminaba alegre por el bosque, se encontró con el lobo/ Caperucita caminaba alegre por el bosque y se encontró con el lobo.
¿Qué modo de escribir te parece más sencillo?
Este es uno de los errores más comunes
6- No repitas siempre las mismas palabras o idénticas frases hechas.
Por ejemplo, al comenzar un capítulo, o un párrafo, sobre todo si hablamos de conectores como además, o también.
De la misma forma puede suceder con algunos diálogos cuando se repite hasta la saciedad la expresión dijo, comentó, señaló…
Un ejemplo:
—No vengas tarde—dijo la madre.
—No te preocupes, no lo haré— dijo el niño.
Mejor si buscas alternativas y sinónimos para estos verbos, porque estarás enriqueciendo los diálogos (y no olvides que estos recursos han de servirte para aportar información sobre la trama y también sobre el modo de ser y pensar de los protagonistas de tu historia).
7- Ten cuidado con la separación entre el sujeto y el verbo mediante comas.
Es uno de los errores más habituales cuando reviso novelas.
Recuerda, sujeto y verbo nunca se separan mediante una coma.
Es decir, es incorrecto decir:
Eva, sujetó el paraguas en aquel momento en que la lluvia caía con más fuerza.
Lo correcto es:
Eva sujetó el paraguas en aquel momento en que la lluvia caía con más fuerza.
¿Qué sucede con las descripciones?
8- Seguro que, como a mí, también te ha ocurrido esto con las descripciones.
Te has puesto a leer un libro que te atraía un montón y, de repente, en el momento en el que el clímax narrativo era más alto… se cuela una descripción que te rompe los esquemas.
No digo que incluir una explicación en momentos de máximo ritmo narrativo sea incorrecto. De este modo lo rebajas y retardas la resolución de la trama.
Pero sí tienes que saber en qué momento incluyes esa descripción y sobre todo qué quieres conseguir con ella. El objetivo de las descripciones es aportar información extra pero indispensable para que el lector comprenda la trama.
Por tanto, con la descripción, ¿aportas información? ¿O ralentizas el ritmo?
Piensa qué sucedería si en el momento en que vas a descubrir quién es el asesino en una novela policial, te cuelan una descripción de cómo va vestido el policía que lo va a detener.
¿Qué pensarías?
¿Te encajaría ahí que el policía vaya vestido de azul o de negro, que sea alto o bajo?
¿O por el contrarío querrías saber ya quién ha matado a la víctima y de qué forma?
Cuidado con los diálogos
9- No hay duda de que los diálogos sirven para aportar agilidad al texto, pero cuidado.
Precaución con aquellas charlas entre personajes que no aportan nada, solo sacan al lector de la acción y, al mismo tiempo, solo sirven para romper la linealidad del texto.
No te olvides que los diálogos tienen tres finalidades: o aportar información sobre la forma de ser de los personajes, o dar datos sobre la trama, o por supuesto romper la linealidad del texto.
Por eso, cuando escribas estos recursos, ten en cuenta por qué lo haces y qué finalidad quieran que tengan en tu historia.
El último error es…
10- Precaución con los errores en los pronombres este, ese y aquel, y en sus plurales y el femenino, porque no llevan acento. Tampoco la expresión solo.
Así lo afirma la RAE para solventar los errores de escritura>>
La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras bisílabas llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.
¿Reconoces alguno de estos errores en tu escritura?
No te preocupes, por supuesto que todos ellos tienen solución.
Basta que le prestes atención y, por qué no, tomes este plan de acción con ejemplos para revisar tu novela y que así descubras si en ella has cometido alguna pequeña equivocación.
Lo importante es que siempre la solventes antes de que tu libro llegue a las agencias literarias o a las editoriales.
Porque, no lo olvides, editor y lectores en todo momento han de percibirte como un escritor con experiencia.
¿Y ahora?
Si tienes alguna duda con tu texto, si no estás seguro de si la ortografía es la mejor, si hay formas verbales que se te resisten.
O si no sabes si tus diálogos tienen la profundidad requerida o no, puedo ayudarte a que tengas la seguridad de que tu libro está bien escrito.
Lo revisaré y trabajaré.
Por eso estás invitado a formar parte de mi Programa de Asesoramiento.
Para entrar a formar parte, solo tienes que contestar el formulario que encontrarás al final de la página del programa.
Si después de ver tus respuestas considero que puedo ayudarte, te escribiré y te pediré una muestra de escritura. Si el libro cumple con las condiciones que ahora piden las editoriales, y si se ajusta a la forma de trabajo de la agencia, te enviaré una Plan de Trabajo para la publicación de tu libro junto con la propuesta económica de mi programa.
Te espero.
Muchas gracias.