Los cuentos destinados a niños y adolescentes deben cumplir una serie de condiciones:
1) Adecuación a la edad, ya que el cuento que sirve para una edad infantil puede no servir para otra.
Una vez que se ha hecho la elección, en la que tiene un papel fundamental el factor personal, así como la natural inclinación para dirigirse a los demás, entran en juego:
2) El manejo de la lengua, en la que se debe considerar dos aspectos: el que se refiere al uso de las palabras según su significado, y el que se relaciona con el uso de las mismas consideradas como un recurso estilístico, es decir, elegiéndolas para obtener determinados efectos.
3) Empleo de la comparación, que es más comprensible que la metáfora, sobre todo en los cuentos para niños muy pequeños.
4) Empleo del diminutivo, conviene evitar su exceso en los relatos para niños, si bien se considera importante su uso sobre todo en las partes que quieren provocar una reacción afectiva.
5) Repetición deliberada de algunas palabras o frases, que tiene importancia porque provoca resonancias de índole psicológica y didáctica.
6) Título, que deberá ser sugestivo, que al leerse o escucharse el lector imagine de qué tratará el argumento.
7) Argumento, donde el autor ha de tener en cuenta la edad de los oyentes o lectores. A medida que aumenta la edad, crece la complejidad del argumento y la variedad y riqueza del vocabulario.
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