La novela detectivesca es una novela que muestra una faceta de la existencia humana y un acto delictivo y una detección, que es el recurso para mantener al lector en vilo. Es decir, la diferencia con la historia detectivesca es que la novela tiene un tema sobre el que se escribe y toda la novela debe girar en torno a él.
Por ejemplo si queremos escribir una novela en el que el motivo es el racismo, toda la historia debe girar en torno a ello a través de las diferentes manifestaciones del racismo. Primero hay que preguntarse, ¿cuál será exactamente mi tema? y después, ¿cuál es la acción central de mi historia? que en estas historias detectivescas será un asesinato o un hecho delictivo.
En resumen, la novela detectivesca tendrá que tener una misteriosa muerte pero tendrá que ser algo más que la misteriosa muerte usada en la sencilla historia detectivesca. Se trata de crear un asesinato en el que no solo se produce una muerte extraña, sino que esa víctima tiene interés como persona y es la acción central sobre la que se asienta y gira el tema de nuestra historia.
En cuanto a la figura del detective, debe ser un personaje tolerante capaz de tener empatía con las personas y saber ver el interior de los sospechosos. Por ello, no es recomendable elegir a un personaje de mayor o menor inteligencia a la nuestra, ya que nos resultará más difícil conocer las intuiciones o pensamientos que puede tener.
Sobre las escenas de acción que se cuentan en este tipo de historias, debemos limitarnos a hacer descripciones simples en las que se cuenten los detalles de modo creíble y sin adjetivos demasiado frenéticos y abrumadores.
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