El diálogo es uno de los recursos más potentes con los que cuenta un escritor para dar agilidad, viveza y realismo a un texto. Su capacidad para caracterizar personajes, para crear o resolver enigmas o tensiones, describir personalidades y situaciones, etc. hacen de él algo imprescindible en cualquier relato.
No obstante, además de los beneficios que aporta, el diálogo supone también una serie de problemas que es necesario abordar para que pueda cumplir debidamente su función. Como norma general podemos decir que todo diálogo que se pueda eliminar de una narración sin que cambie el sentido o se pierda información se debe eliminar.
El objetivo de esto evitar los diálogos vacíos de contenido que más que aportar al texto entorpecen el desarrollo de la acción y de la narración.
Un buen diálogo conlleva una serie de beneficios importantes. Así, aporta credibilidad al texto, puede perfilar y concretar el argumento de la obra y ofrece matices de los personajes. Y es que las palabras de los protagonistas consiguen que el lector se pueda sentir identificado con ellos y los perciba como reales.
Este truco forma parte del curso «Cómo escribir diálogos». Toda la información en nuestra web o bien en el correo formacion@heraediciones.es.