El narrador en primera persona se emplea, por ejemplo, en las autobiografías, pero también puede narrarse una historia ficticia para hacerla más verosímil al lector o más emotiva. Por tanto, se emplea en autobiografías, ya sean imaginarias o reales.
En el caso de que se elija un narrador en primera persona, el escritor puede optar por la invención de un personaje y una vida y hacerla coincidir con la voz que narra. Se tratará de una biografía imaginaria, porque los hechos que se narran en primera persona como si le hubiesen sucedido al narrador, en realidad no han ocurrido, son producto de la imaginación del escritor, pero así los presenta para dotar a la historia de credibilidad o emoción.
El narrador en segunda persona es el más inusual. Es una narrador bastante incómodo para el escritor, especialmente si lo elige para una narración muy extensa.
Con este narrador se le está contando a un «tú» su propia historia, lo que conlleva muchas más dificultades que las generadas al usar los otros narradores.
Este tipo de voz dota al texto de una fuerza que solamente se consigue a través de una segunda persona impactante para el lector.
El texto, al dirigirse a un «tú», resulta mucho más agresivo.
Este truco forma parte del curso Taller de escritura creativa: ¿cómo utilizar la imaginación en nuestros textos literarios? Toda la información en nuestra web o bien a través del mail formacion@heraediciones.es.