¿Quieres saber cuáles son las características del detective en novela negra? ¿Por qué ha de caracterizarse? ¿Cómo puedes plantearlo para quesea un personaje que conquiste al lector?
Con la evolución de la sociedad se ha producido también el cambio en la figura del detective.
En la actualidad ya no prima el detective duro de los años 30, sino que el detective actual (investigador, policía, miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado) se humaniza.
Como hemos visto, en los años 20 en Estados Unidos surgieron novelas que rompían con el modelo establecido en la novela enigma británica.
En él primaba el investigador inteligente, perspicaz, sagaz, al hilo de la figura de Sherlock Holmes.
Se trata de obras en la que ya no está tan clara la frontera entre el bien y el mal. Al mismo tiempo, son un reflejo de la sociedad del momento.
Otras características del detective en novela negra
Los actos delictivos no se cometen ya en espacios privilegiados en los que se altera el orden social. Este se reestablecerá solo una vez que el caso se ha resuelto.
Los delitos se trasladan a las calles y barrios de las ciudades donde normalmente se producen.
Los acontecimientos que marcaron los primeros años del siglo XX como la Revolución Industrial, la Primera Guerra Mundial o el crack del 29 provocaron un cambio en la sociedad. Así, se olvidaron los modelos anteriores de racionalismo y positivismo.
Es por ello por lo que este modelo tampoco era válido ya para la novela policiaca. Así, utilizaremos de nuevo las palabras de Sánchez Zapatero para explicar cómo son estos nuevos detectives.
¿Qué dicen los expertos en novela negra?
«Los personajes de Hammet o Chandler no eran ya superhombres con inmensas capacidades deductivas capaces de resolver los casos con sólo echar un vistazo al lugar del crimen.
El desmoronamiento de los presupuestos racionalistas y positivistas que trajeron consigo las nefastas consecuencias de la Revolución Industrial, los resultados de la Primera Guerra Mundial y los efectos del derrumbe de los sistemas financieros con el crack de 1929 hacían imposible seguir cultivando un tipo de literatura que privilegiara la razón sobre otro tipo de formas de ordenar y dar sentido al mundo.
Eso explica las particulares características de los personajes, cuya presencia en el relato ya no legitima las aspiraciones de la clase burguesa. Muestra el descontento de la población ante el caótico mundo y el clima de podredumbre moral con el que ha de convivir.
Estos detectives han de utilizar armas que no usaban sus antecesores, como la obtención de información por métodos violentos o no lícitos.
Se ubican así en una franja social fronteriza con la de los delincuentes. Ponen de manifiesto el desorden en el que vivía inmerso el mundo del primer cuarto de siglo».
A este tipo de detectives se les conoce con el nombre de hard-boiled y pueden pertenecer a cualquier estrato social.
Estos detectives hard-boiled son el prototipo americano y suponen una auténtica revolución en la concepción de los personajes del género.
Para estos detectives la resolución del misterio no es un simple juego intelectual. En muchos casos se convierte en venganzas personales y pueden llegar a implicarse emocionalmente con la víctima.
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