Dentro del relato fantástico, el lector puede encontrar diferentes elementos:
1- Elemento sobrenatural inédito: la narración fantástica debe presentar algún elemento que no siga las leyes naturales, que no pertenezca a una mitología conocida, sino que esté fuera de toda tradición y que no se pueda explicar durante la narración.
Si finalmente se le encuentra una solución racional, estamos frente al género de lo extraño en vez de ante lo fantástico, y desde el punto de vista estructural el lector se hallaría ante el género policíaco tradicional, que representa lo inexplicado para después insistir en una progresión lógica hacia una explicación que no dejará de satisfacer tanto al lector como a las reglas internas de un universo narrado que en ningún momento se aleja de las leyes naturales.
2- Universo identificable o «hiperrealidad». Se refiere a que el universo en que se desarrolla la acción fantástica es una réplica del mundo real en que se desenvuelve el lector; quizá esta es la principal diferencia entre la narración fantástica y los cuentos maravillosos o de ciencia ficción. Y es que lo fantástico depende, en gran medida, de una representación realista del mundo para que funcione.
Para que el relato pueda provocar miedo o duda, tiene que convencer al lector de que la realidad que se representa es la suya, y demostrar que el elemento sobrenatural es inaceptable en este mundo. Por otra parte, los protagonistas son personas comunes en un entorno cotidiano. Así se puede hablar de hiperrealidad, es decir, de la exageración de los aspectos más corrientes de la realidad; se trata de un realismo llevado al extremo, que representa un universo tan aburrido que no merece la pena que se mencione.
Tanto es así que sin lo sobrenatural, la narración no tendría razón de ser, pues ni los personajes ni las circunstancias presentan alguna particularidad que justifique el texto.
Este truco forma parte del taller de Literatura fantástica: un acercamiento a nuevos mundos. Toda la información en nuestra web.