Al dividir los personajes infantiles de los cuentos, hablamos de dos clases: los mágicos y los reales.
Los personajes mágicos (hadas, duendes, magos, etc.) son aquellos que tienen poderes maravillosos que emplean para ayudar al héroe o bien para conseguir algo ellos mismos.
Los personajes reales suelen ser príncipes y princesas, que a su vez suelen cumplir el papel de héroe. También se incluyen en esta clasificación los huérfanos aventureros, los reyes y reinas.
Otros personajes ineludibles son los animales, que atraen mucho al niño porque en ellos proyecta sus deseos y deposita sus temores, pero también llega a identificarse con ellos. En los cuentos tienen cabida todo tipo de animales que actúan como personajes buenos y malos.
Cuando los animales se convierten en figuras centrales en la narración, pueden cumplir funciones que tienden a mostrar el lado mágico de las cosas, o a canalizar las perversiones y los terrores del ser humano.
En el caso de lo maravilloso, los animales se nombran con mayúsculas, como en «Alicia en el País de las Maravillas», mientras que en el caso de lo monstruoso, sirven para descargar sentimientos perversos.
Por otra parte, hay personajes que no son animales pero que se comportan como tales, y que son los que en determinadas circunstancias se han visto obligados a convivir con ellos y a actuar como ellos. Tal es el caso de Tarzán o Mowgli.
Este truco forma parte del taller La literatura para niños y jóvenes. Toda la información a través del correo formacion@heraediciones.es.