Cuando el escritor ya tiene estructurados los capítulos a través de los personajes o los lugares, debe plantearse si la estructura de la trama que ha elegido es la más adecuada.
Existen diferentes clasificaciones de la trama:
1- Trama simple: los sucesos se entrelazan de forma cronológica. El tiempo no se cuenta como acontece, sino que se seleccionan los momentos de mayor interés. Un ejemplo es «La busca», de Pío Baroja.
2- Trama compuesta: se muestran varios hilos narrativos diferenciados, pero todos ellos de un mismo conflicto social. Se entrecruzan varias historias diferenciadas, pero encaminadas a un único fin. Ejemplo: «Son de mar», de Manuel Vicent.
3- Trama convergente: la trama queda establecida por el conjunto de los acontecimientos. Los capítulos no son secuenciales. Parecen aleatorios, pero verdaderamente hay una estructura sólida que hace que converjan en un punto central. Ejemplo: «La Regenta», de Leopoldo Alas ‘Clarín’.
Este simple truco forma parte del curso literario intensivo de verano «Aprender a redactar mi primera novela». Más información en nuestra web, o a través del correo electrónico formacion@heraediciones.es