Escribir un buen comienzo para una obra no es sencillo, pero siempre hay que evitar algunos errores que conducirán a que el lector abandone la novela definitivamente:
a) Los comienzos estáticos. La acción es la base de los conflictos.
b) No hay que incorporar demasiados personajes en el primer capítulo, pues esto no permite al lector que se familiarice con los protagonistas y sea capaz de diferenciarlos.
c) No abusar de las frases subordinadas, de forma que el lector no sepa a qué acción principal se refieren, ya que el escritor forzará al lector a retroceder o releer para saber qué le quiere contar.
d) El escritor ha de ser coherente con el empleo del lenguaje que depende del tipo de narrador. Tampoco debe emplear palabras grandilocuentes.
e) Evitar los comienzos retrospectivos. Es necesario que antes el conflicto esté desarrollado. Así se conseguirá que al lector le interese saber qué sucesos le han acontecido antes para llevarle a esa situación.
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