El erotismo es el encuentro de dos cuerpos, tal como sucede con el encuentro de las palabras en la poesía, en la que se crea una comunicación bajo el deseo de los cuerpos y el significado de las palabras.
La poesía erótica es el resultado de plasmar por escrito el deseo y la palabra deseada.
A través del lenguaje se erotiza el deseo de los cuerpos como transfiguración de la libido. Los poemas cantan el deseo de los cuerpos que se aúnan también en las palabras. Así, el oficio de la poesía asume el oficio de los cuerpos como materia prima para su creación poética.
En nuestra sociedad, que se caracteriza en muchos casos por la doble moral, la reivindicación del cuerpo y la palabra resulta un arte erótico y poético. El nuevo humanismo sobre la sexualidad radica en el tratamiento que redefine lo sexual como una expresión simbólica de los cuerpos, y lo hace desde la poesía y el arte.
La poesía erótica tiene una función esencial: el erotismo no se concentra solamente en los genitales, sino que nace de la necesidad de expresar estéticamente lo «prohibido».
Por eso, este tipo de poesía suele deleitarse en la modulación de ciertas palabras o sonidos, en la humedad de la piel ansiada o gozada, en la pasión, en el amor y el ensueño, en el éxtasis del encuentro con el cuerpo, pero también con aquello que lo trasciende.
La poesía erótica no se queda solamente en la nostalgia de lo intangible, sino que reconoce el deseo en el hablante, el cuerpo se convierte en un referente, hace sinceras las palabras y también hace sensuales las imágenes: se concentra en revelar el ritual secreto de los amantes y en tender puertas entre la carne y el ensueño.
Este truco forma parte del libro «Literatura erótica. Cómo escribir sobre el sexo y el amor». Toda la información en nuestra web.