A lo largo de los años, distintos autores ha realizado diversas clasificaciones temáticas dentro de la literatura fantástica.
Así, Louis Vax, por ejemplo, agrupa los textos fantásticos en temas relacionados con los lobizones; los vampiros; las partes separadas del cuerpo; los trastornos de la personalidad; los juegos de lo visible y lo invisible; las alteraciones de la causalidad; el espacio y el tiempo, y las regresiones.
Dorothy Scarborough propone una clasificación dividida en los fantasmas modernos; el diablo y sus aliados, y la vida sobrenatural.
Penzoldt ofrece una visión más detallada: el fantasma; el aparecido; el vampiro; el lobizón; brujas y brujería; el ser invisible, y el espectro vecinal.
Caillois se refiere al pacto con el demonio; el alma en pena que exige para su reposo el cumplimiento de determinada acción; el espectro condenado a una carrera desordenada y eterna; la muerte personificada que aparece en medio de los vivos; la “cosa” indefinible e invisible, pero poseedora de una presencia; los vampiros que se aseguran una eterna juventud
alimentándose de la sangre de los vivos; la estatua; la armadura; el autómata que se anima y adquiere una temible independencia; la maldición de un hechicero que provoca una enfermedad espantosa y sobrenatural; la mujer fantasma que proviene del más allá; la interpretación de los terrenos del sueño y la realidad; el cuarto, el piso, la calle borrados del espacio, o la detención o repetición del tiempo.
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