Hay que diferenciar diferentes conceptos que presentan un orden progresivo en la capacidad de imaginación, un elemento indispensable en la literatura infantil y juvenil (LIJ). Estos conceptos son imagen, imaginación e imaginario.
La imagen no es más que una composición mental que reúne y sintetiza una serie de percepciones sensibles. Se asocia con la vista por ser el sentido predominante en el lenguaje, pero también puede proceder de estímulos derivados del resto de sentidos.
Por tanto, el ser humano produce escenas imaginadas o imaginaciones y gracias a la posesión de imágenes la imaginación se puede poner en marcha. Así se pueden construir imaginaciones mentales reuniendo libremente un conjunto de imágenes.
Si el escritor de LIJ es consciente de la importancia que tiene su fondo de imágenes, imaginaciones o imaginarios, podrá descubrir que:
– Observar a menudo a niños y jóvenes resulta útil para acumular imágenes en el cerebro.
– Hay que entrenarse con las imaginaciones para crear, con la fantasía, secuencias de todo tipo: tiernas, aventureras, trepidantes, etc.
– Saber que existen los imaginarios y aprender a reconocer los propios resulta trascendente para la educación y la comunicación con el niño.
En resumen, la imaginación permite soñar con situaciones que el ser humano desea alcanzar, mientras que los imaginarios solo son composiciones mentales complejas que se asientan en nuestro cerebro de forma estable. No forman escenas ni situaciones.
Este truco forma parte del curso «La literatura para niños y jóvenes». Más información sobre este curso en nuestra web, en la página de la plataforma, www.escuela-literaria.es, o en el correo electrónico formacion@heraediciones.es.