Cuando era adolescente, Rachel escribió algún que otro relato para sus amigas, donde ellas eran las protagonistas y vivían aquellas fantasías que todas deseaban tener con su actor favorito. Pero no fue hasta años más tarde donde comenzó a despertarse de nuevo su pasión por la escritura.
Como Business & Life Coach, Rachel redactaba el storytelling para sus clientes cuando creaba sus marcas personales, y fue ahí, mientras veía el brillo y la emoción en los ojos de sus clientes cuando las leían, que, de nuevo, las historias comenzaban a invadir sus pensamientos.
Escribió su primera novela y tras enviarla a una famosa editorial, fue rechazada. Dejó de lado la escritura durante un tiempo, pero como todo en la vida cuando tu propósito está destinado para ti, da igual dónde te escondas, te buscará una y otra vez, hasta que te encuentre.
Y, a pesar de que ella lo ignoraba fervientemente, tuvo que aceptarlo.
Un día, iba conduciendo, miró al cielo y dijo: “Vale, aquí estoy, dadme una idea de libro que le guste a miles de mujeres”. Y al instante, como si de un milagro se tratase, lo escuchó: “El Actor”.
Sorprendida, y como buena rebelde que es, exclamó: “¡En serio! ¿Cómo que “El Actor”? ¿Qué significa esto?”.
Segundos después la respuesta llegó: “El 99,9 % de mujeres tienen un actor por el que suspiran cada noche, esa será la historia que contarás”, dijo aquella omnipresente voz.
En el camino cursó un máster en escritura y narración creativa, entre otras formaciones relacionadas con la literatura, y así fue como después de cuatro largos años, Rachel lanzó su primera novela erótica.
Pero dio un paso más allá, estaba convencida de que cuando alguien utiliza su talento debe ser para ayudar a otras personas también, por eso decidió que su libro sería una novela erótica solidaria. De esa manera sus lectores/as no solo disfrutarán de las historias sino que, además, apoyarán a distintas causas solidarias. Una parte de los beneficios de las ventas están destinados a ayudar a otras personas y animales que lo necesitan.
Si se pierde, a Rachel la encontrarás en una librería o en una playa. Le encanta el marketing, las flores naturales, el sushi y los bombones.
Pero, sobre todo, a Rachel le apasiona motivar a otras personas a amarse a sí mismas, a liderar sus vidas personales y profesionales, con el fin de alcanzar lo que todos deseamos: la felicidad.