«Había una vez, como empiezan los cuentos que tienden que acabar bien, un señor que se hacía llamar Marco Brunengo y se dedicaba a diseñar parques infantiles. Un día, por esas locuras de la vida, le dio por escribir relatos cortos… Se puede decir que así comenzó todo, cuentan por ahí que un libro no es difícil de escribir, lo difícil es que esté bien escrito. En mi caso lo de escribir bien es una cuenta aún pendiente, mi primera publicación fue en una editorial de habla no hispana y no se esforzaron mucho en defender la grandeza de nuestro idioma, tenía historias muy divertidas y curiosas pero las peores patadas al diccionario que se pueden haber visto sobre papel impreso. De todo se aprende, y para mi siguiente publicación alguien tuvo el atrevimiento de enfrentarse a mis horrores para que esa segunda iniciativa tuviera forma, pero mis monstruos destructores del lenguaje son peores aún que los que relatan mis aventuras, y aunque el esfuerzo fue grande, el resultado aunque bueno, era mejorable. Si pretendía seguir escribiendo, debía seguir mejorando, al menos la colaboración debía ajustarse mejor a mis limitaciones. Busqué alternativas y robé experiencias ajenas para que mi primera novela fuera algo más ilusionante y no solo otro puñado de rayajos contados con entusiasmo, aunque dignos de ser devueltos con correcciones en boli rojo y un “nos vemos en recuperación”. El esfuerzo por dar ese pasito adelante tuvo un hallazgo interesante. La buena gente de Hera Ediciones tenía ese plus que le faltaba a mi esfuerzo (todo hay que decirlo, también la paciencia para no arrancarse los ojos al ver algunas atrocidades, y no me refiero a una chica con una barra de acero incrustada en el vientre como cuenta la novela, sino a las comas delante de todos los verbos que alegremente había sembrado, entre otras atrocidades de redacción). Mejor redacción, mejor editorial, también mérito de ellos y lo que iba a ser mi último atrevimiento con la literatura se convirtió en una pregunta… ¿Qué la ha pasado a mis personajes una vez acabada la historia? … Mi cabeza no los podía abandonar en el último párrafo del epílogo y, sabiéndome seguro de contar con un grupo de gente maravillosa para encauzar mis tormentos, me atreví a cerrar los programas de dibujo 3D y a volver a abrir Microsoft Word, y a diferencia de los cuentos que comienzan con “Había una vez”, aquí no hay colorín colorado, porque mi amigos de Hera están domando mi nueva novela “Vietri Sul Mare, La venganza de Sophía”, que verá la calle muy pronto, mientras sigo divagando en busca de nuevas aventuras, a ver a donde lleva esto.» Marco Brunengo (España), autor de «Vietri Sul Mare», y autor representado por nuestra agencia. Ha editado con Chiado Editorial.