Me llamo María Hyères Rodríguez León, seudónimo Mar Hyères Leo.
Tengo treinta y nueve años y nací en Tazacorte, La Palma, Canarias, un 27 de julio. El pequeño y humilde pueblo de Tazacorte, antes de los tiempos de mi padre, llegó a tener tres periódicos, y hasta hoy sigue celebrando sus tradicionales “Caballos Fufos”, fiesta para pequeños pero también para grandes. Estas coloridas fiestas, relacionadas con el mundo infantil, me han influido mucho.
Yo crecí rodeada por los cuentos y sobre todo por los dibujos de la tele y los programas infantiles. Los recuerdos de mi infancia no serían lo mismo sin todo esto; tanto de esto vi y oí, que amo escribir (hasta ahora narrativa) también para niños. Así que me apasiona el mundo infantil, y escribir para ellos es hacerlo para lectores listos y, cómo no, exigentes. En consecuencia, la fantasía es mi género favorito; no en vano estoy muy influenciada por “La historia interminable” de Michael Ende.
Leer es mi hobby, pero es además un deber. Adoro las historias donde el bien prevalece, meta que intento también trasladar a mi vida (como todos los seres humanos).
También adoro estudiar. Me saqué la primaria en Canarias, la secundaria en Villanueva del Ariscal, Sevilla, y ahora estoy con el instituto a distancia en el IEDA, Camas, Andalucía. También estoy aprendiendo italiano en Italia (vivo en Casteldimezzo, provincia de Pésaro). Me gusta mucho Italia pero también España, sobre todo la colorida franja andaluza; siento como que desde hace unos años “cargo” con un saco lleno de tesoros (yo también).
De niña escribía mi particular “narrativa” en la máquina de escribir de mi madre; porque hete aquí que mi madre tenía una máquina de escribir, que conservo en la actualidad, y mi padre leía sus muchos libros de su biblioteca. Era literatura juvenil que yo también me apresuraba a leer.
También escribo poesía. Mi poeta: José de Espronceda, o el de “Verde que te quiero verde”… Mi propio libro de poemas, “Mi planeta de cristales”, busca entretener, se vale de la astronomía (ciencia y hobby que amo, ciencia y hobby por la que daría la vida), y del positivismo, para brindárselo a mis lectores.
Porque… ¡arriba con el positivismo!