Calor, sol, más tiempo libre… Es época de vacaciones, de pensar más en nuestros gustos y aficiones, por ejemplo, en la lectura.
¿Hay algo mejor o momento más placentero que sentarse a la sombra mientras cae en nuestras manos un buen libro?
Yo, desde mi punto de vista, y perdónenme que sea subjetiva, rotundamente no.
Pero entiéndanme, amigos. Por buen libro no me refiero a lo que en algunos círculos literarios se define como un tratado sesudo apenas comprensible, donde el autor vuelca todo su pensamiento (concienzudo, de eso no cabe duda) y que después que has terminado de leerlo de una forma casi heroica y estoica, dices, «No sé qué he leído». No me digan que a ustedes nunca les ha pasado esto.
Por supuesto, la misma calidad de los libros actuales daría para uno de estos tratados, de tal modo que este tema lo dejaremos para otro momento, si me permiten.
Pero considero que el verano es un momento de relajación, de tal manera que mientras disfrutamos de nuestro tiempo libre (que suele ser escaso), el lector puede disfrutar también del tipo de literatura que más le gusta, aunque su calidad literaria no sea la mejor. Sí, ya sé que algunos de ustedes pueden decir que no tengo razón, lo sé.
Soy plenamente consciente de que la calidad literaria es verdaderamente importante y abogo por ella, pero también comprendo que no todos los lectores desean adentrarse en este tiempo de absueto en libros farragosos, difíciles en algunos casos, aunque verdaderamente sean tesoros de la literatura.
No me entiendan mal, amigos. Lo importante es leer, comenzar, dar el paso, perderse entre las frases, entre los párrafos, en la vida de esos personajes creados en un mundo paralelo. ¿Qué más da si en este tiempo de verano los lectores difrutan de los (mal llamados a veces) best seller? Lo importante es leer.
Ya habrá tiempo para adentrarse en otros momentos del año en libros de los mejores autores de la literatura.
Si podemos aunar ambas cosas, mucho mejor, pero si no es así, no se preocupen, lean, lean y disfruten. Piérdanse en mundos mágicos, siéntanse por un momento detectives que resuelven un caso de asesinato, sueñen con cumplir sus fantasías más íntimas o pásenlo bien leyendo a sus pequeños las divertidas historias de animales que hablen.
Nunca olviden que la lectura es parte fundamental de nuestra vida, así que sigámosla viviéndola en verano como mejor nos parezca. !Carpe diem¡