
Nací en un pequeño pueblo de Córdoba, llamado Montoro, aunque actualmente, y por motivos laborales, resido en una ciudad francesa a las faldas de los Alpes.
Desde noviembre de 2022 habito en esta maravillosa ciudad, que tiene muchas cosas que ofrecer. Pronto me adapté a esta cultura, puesto que no se diferencia tanto de España. Gracias a mi trabajo, tengo algunas horas libres al día que las dedico a escribir. No hay nada que me dé más paz que sentarme en mi pequeña terraza con una buena taza de café mientras escribo admirando la grandeza de esa montañas que tienen mil historias que contar.
Siempre me he sentido atraído por la historia, todo debido a un profesor que tuve en la escuela y que en vez de seguir las pautas de unos simples y básicos libros, decidió que la mejor manera de que los niños prestaran atención en sus clases, era convertir la historia en cuentos. Tan hechizado quedé con sus relatos que un día, con apenas unas pocas monedas recolectadas en una vieja hucha, fui a la librería más cercana, me compré un libro que me llamó la atención por su portada y esa misma tarde empecé a leer.
Apenas era un adolescente al que solo le gustaba estar en la calle con sus amigos pegándole patadas a un balón y molestando a los vecinos.
Poco a poco me fui interesando por libros que, a priori, no eran considerados aptos para esa edad. Pronto mis estanterías comenzaron a estar repletas de obras de todo tipo y, gracias a lo que me han aportado todas y cada una de ellas, decidí escribir mi primera novela histórica.
Como no podía ser de otra manera, la novela, El sacrificio del honor, está basada en la época de las guerras napoleónicas que tienen lugar en España.
Dada la longitud y los muchos sucesos que se dieron solamente en la península ibérica, era imposible introducirlos todos en una misma novela. Por esta razón, y siendo justo para dar la máxima información al lector, decidí emprender una saga en la que no solo será la guerra la protagonista (que también), pues todo ello va de la mano de unos jóvenes que apenas cuentan veinte años y que sin esperarlo se ven envueltos en una atmósfera de hostilidad que a duras penas llegan a comprender.