Mi nombre es Jorge Troncone Osorio.
Nací en Nueva Jersey, Estados Unidos, en el verano de 1958.
Crecí en Maracaibo, Venezuela, al extremo norte de Suramérica frente al mar Caribe.
Crecí en una ciudad y un país donde se mezclan paisajes de Caribe, Andes, Llanos y Selvas entremezclados.
Con culturas y etnias de origen indígenas, africanos y blancos europeos principalmente, españoles, portugueses e italianos, así como alemanes venidos en la postguerra junto a los cientos o miles de trabajadores norteamericanos de las compañías petroleras.
Yo soy un ejemplo de esa mezcla al tener apellido italiano de mi bisabuelo venido de Turín, que junto a su esposa francesa tuvieron a mi abuelo, quien se casó con una mulata.
Por el lado de mi madre, con ancestros españoles e indígenas.
Así que tengo un poco de todo.
Recuerdo mis primeros años estudiando en un colegio alemán hasta los 9 años y llamando a mis maestros Herr Bauer o Frau Schulz.
Vivimos en Puerto Rico, donde la influencia norteamericana era aún mas fuerte.
Al regresar a Maracaibo, Venezuela, me sentía poco adaptado al típico desorden y caos.
Al terminar el bachillerato, mi padre me ofreció irme a la Universidad Complutense de Madrid. Allí estudié 2 años y luego regresé a Venezuela por razones económicas.
Me fui a la ciudad capital de Caracas, donde experimenté el fogueo de una ciudad grande y cosmopolita que paulatinamente estaba degenerándose en una violencia intensa y generalizada, sufriendo dos asaltos a mano armada y casi una ejecución.
A semanas de mi graduación como psicólogo de la Universidad Central de Venezuela, perdí a mi padre de un desgarrador cáncer que me dejó su mirada triste y perdida.
Luego vino el dolor de presenciar la debacle socioeconómica de Venezuela, que me obligó a emigrar a los Estados Unidos con mi esposa.
Allí trabajamos muy duro y juntos nos graduamos en Salud Mental.
Ella ha sido mi soporte emocional y me convenció que escribiera de forma profesional ya que siempre ha creído en mi escritura.
Gracias a su apoyo y fe me encuentro frente a ustedes.
El trabajo de psicoterapeuta me ha permitido explorar y entender cada día mas la experiencia humana que nos muestra lo maravilloso y horrible, mano a mano, en cuestión de segundos.
En mi escritura no puedo escapar al elemento psicológico de los personajes que luchan con sus complejas experiencias de vida y forcejean con sus pensamientos y emociones para conseguir respiro y paz.
Nuestros tormentos nos llevan a sufrir de forma inmisericorde pero, al mismo tiempo, nos obligan, y hasta empujan, a descubrir sendas de liberación personal y social una de la mano de la otra. Consiguiendo balance y serenidad con sus infinitas posibilidades de sosiego y felicidad.
En Tormento y Liberación les presento historias de seres que navegan en el océano de sus vidas con tormentosas situaciones que afrontan de forma curiosa, cómica, inteligente, absurda (y a veces hasta heroica), logrando la ansiada liberación.
En este libro intento presentar la inexorable virtud de la lucha por la vida, sea cual sea su costo, porque la muerte nos llega y más vale que nos encuentre liberados de nuestros y tormentos. Ya que si vivimos en ellos a lo mejor hemos perecido, solo que no nos habíamos dado cuenta. Y eso es trágico.
Por eso, los invito a explorar con mis personajes sus tormentos y liberaciones que me atrevo a sospechar son similares o, tal vez, iguales a los vuestros.