Soy madrileño de nacimiento, acontecimiento que sucedió hace algo más de medio siglo, tiempo en el que se acumulan historias, personas, lugares, vivencias y, principalmente, experiencias.
Todas ellas dejan huella, unas más que otras, que forjan al individuo aunque la materia prima sea el elemento fundamental que permite a esas huellas calar en menor o mayor medida. Es una sensación casi mágica cuando observas que todos esos avatares, de una forma u otra, quedan reflejados en las páginas que vas escribiendo, al tiempo que se transforma en una experiencia gratificante cuando te das cuenta que han fluido de una forma un tanto inconsciente. Ver a los personajes crecer, visualizar en cada página la escena que estás escribiendo, anticipar en tu mente lo que está por llegar y transmitirlo negro sobre blanco, es una satisfacción indescriptible.
Mi afición a la literatura viene de muy joven. Con veintipocos años inicié mi primer proyecto literario: El Errante, una novela acerca de las peripecias de un vividor y buscavidas en eterno equilibrio en el alambre de la justicia, del bien y del mal, traspasando las más de las veces la frontera de lo legal.
Las exigencias de mi vida cotidiana me obligaron a aparcar el proyecto durante muchos años, y al cabo del tiempo irrumpió de repente retomándolo donde lo dejé y enriqueciéndolo con todas esas huellas de la experiencia, de las personas y de los lugares por donde uno ha habitado, ayudando a dar forma a los personajes, las tramas y los desenlaces.
Me interné de tal manera en la redacción, que sufría, me apenaba, reía y, sobre todo, disfrutaba contando lo que le sucede al personaje principal.
Fue tal la satisfacción que enseguida me embarqué, y nunca mejor dicho, en otra novela ya terminada: Las Llaves del Imperio, esta vez de corte histórico en la que la vida de un ilustre marino del siglo XVIII sirve de hilo conductor para narrar los acontecimientos históricos que le tocan ser testigo a un joven gaditano enrolado en los navíos de línea del rey Felipe V. El Caribe, Cádiz, Madrid y el Mediterráneo son los escenarios principales que envuelven a los personajes de ficción que interactúan de manera continua con los grandes personajes históricos de la época.
Soy economista de formación y mi trabajo cotidiano está mucho más relacionado con los números que con las letras, pero la literatura, tanto como lector como desarrollando un proyecto nuevo, es una de mis grandes pasiones.