Mi nombre es Idelfonso Batista Cruz.
Nací en la Isla de Cuba, en 1963, en la región oriental del país, provincia Las Tunas.
Mi infancia y adolescencia transcurrieron sin novedad trascendental. Terminado el bachillerato, fui a parar al Centro de Preparación de Especialistas Navales (CEPEN) de la Marina de Guerra, en la capital, de donde egresé con los grados de alférez y destinado a la Base Naval De Oriente, en la provincia de Holguín.
Aquí hube de desempeñar varios cargos hasta ejercer como primer oficial de la Sección de Operaciones del Estado Mayor, no sin antes haber comandado un buque de guerra, entre otras funciones, y vencido el Curso Táctico Operativo de Jefes y Estados Mayores en la Academia Superior Militar Máximo Gómez en el año 1993.
Ya contaba con los grados de capitán y treinta años de edad cuando, por asuntos políticos, fui condenado a 20 años de privación de libertad.
Es aquí en la cárcel donde, a falta de una buena obra para leer durante mi cautiverio, me propuse a escribirla yo mismo, y así fue como nació mi primera novela policial.
No me detendré a narrar las vicisitudes enfrentadas para que el manuscrito atravesara las barreras de la censura y la persecución. Ese es un tema para otra novela no escrita aún.
A este título le siguieron otros todavía inéditos como obras del mismo género, cuyo protagonista, el coronel Acosta, sin los privilegios del desarrollo de la tecnología, hace uso de sus habilidades detectivescas para desenmascarar al asesino al estilo de los clásicos del género.
Después de haber sufrido más de 11 años tras las rejas, fui excarcelado en el año 2005. Y no fue hasta el 2009 que el gobierno de los Estados Unidos me concedió una visa para residir permanentemente en este país como refugiado político junto a mi esposa y mi pequeño hijo de 5 años.
Fue la ciudad de Elizabeth, del estado de New Jersey, la que nos dio la bienvenida (actualmente residimos en la ciudad de Brooksville, Florida).
Tres años más tarde, Los crímenes del motel Bitirí vería la luz en todos los formatos, publicado por la editorial Autor Solution Palibrio.
Ahora apuesto por las editoriales tradicionales españolas, a quienes le presento una novela policial en la que no faltan la acción, la tensión narrativa, los giros argumentales ni las pistas, además de la correspondiente crítica social, que hacen que el lector se sienta atrapado en la red del misterio. Hasta que descubre, junto al detective, y para su sorpresa, la identidad del asesino, del que tal vez no había ni siquiera sospechado…