Nací en la ciudad de Buenos Aires, en el año 1942. De profesión, doctor en Ciencias Económicas, y por reglas internas de la empresa para la cual trabajaba, a los 60 años
me “jubilaron”. Después de ello y como por arte de magia me dediqué a la escritura con la ayuda de un buen psicólogo.
Previamente, en el año 1992, mi primera incursión en la literatura, esta vez como editor responsable, fue la impresión del libro de arte fotográfico TANGO, de Asher Benatar, que todavía se puede comprar en Amazon.
Comencé mi trabajo de escritor con pequeños cuentos, algunos de los cuales fueronpublicados en la colección de la editorial De los cuatro vientos de la colección Poetas y Narradores Contemporáneos 2003.
Luego sí, ya con un poco más de experiencia, y como amante del tango, escribí un ensayo de las letras de decenas de tango famosos, dándoles a todos un final más feliz y esperanzado que el que tenían. Incluí también en esa recopilación de comentarios personales sobre tangos melódicos
Posteriormente, y luego de mucho trabajo de investigación, escribí el ensayo SIGLO XX en el cual, década por década de la segunda mitad del siglo, se comentan los acontecimientos que marcaron la vida de esos tiempos con los personajes reales que los llevaron a cabo. Un diálogo con ellos luego de cada capítulo completa la obra.
Mis constantes viajes a varios países del mundo, más las vivencias de la inmigración europea hacia la Argentina, me llevaron a escribir varias novelas de ficción con esa temática.
He participado en varias ocasiones en el concurso del Diario Clarín del Premio Novela que se realiza todos los años en la Argentina.
Por último, y como corolario de mis obras, siempre teniendo como hilo conductor el tango, escribí la novela de ficción La Realidad de la Ficción, inspirada en el tango cantado Madame Ivonne, que consta de dos partes.
En la primera el autor consigue dialogar con sus personajes de ficción al finalizar cada capítulo. Parecía que todo está terminado pero mi pensamiento siempre fue que la tarea del escritor no está finalizada si no logra la comunicación con sus lectores.
Investigando el fenómeno «transmedia», tuve necesidad de escribir una segunda parte de la novela en la cual el autor es un personaje más y la obra culmina con un final sorpresivo y desafiante en el cual los lectores son invitados a participar de la fantástica ecuación literaria entre autor, personajes y lectores.