¿Cuál es la estructura de una novela negra? Si te gusta la novela policial, no dejes de seguir leyendo. Vas a descubrir cómo escribir tu libro policial, con el fin de que sea atractiva para tu lector y que desee seguir leyendo hasta el final.
¿Por dónde comenzar? Sin duda, por el inicio, no puede ser de otro modo.
En este género lo más habitual es que el asesinato aparezca al principio. Si bien a veces sí será necesario que plantees antes las circunstancias que llevan después al acto delictivo (el porqué de la muerte, por ejemplo). Es decir, que primero pongas al lector en antecedentes para que comprenda toda la acción que va a venir después.
Así, se trata de que sitúes al lector para que entienda bien los antecedentes y algunos de las razones de la situación que después plantearás, durante la muerte y la investigación.
Sin embargo, no se debe retrasar mucho el asesinato para no perder la atención y el interés del lector.
Estructura de una novela negra
Para crear una buena novela de género negro que guste a tus lectores desde el inicio, sigue estos 7 recursos narrativos:
1. Debes hacerle ver al lector que el asesinato va a ser cometido.
¿Cómo conseguirlo? Creando una atmósfera adecuada, por ejemplo. O jugando con el misterio y con el ritmo. Así mantendrás atento al lector y e irá descubriendo poco a poco que la muerte está próxima.
2. Puedes hacer que exista un primer intento de asesinato fallido.
Es decir, que antes del asesinato, la víctima pase por una situación parecida.
Incluye más de un crimen…
3. Para trabajar la estructura de una novela negra, puedes hacer que haya un crimen menor previo al gran asesinato.
Es decir, que la víctima principal no muera al comienzo de la novela. Se trata de que vayan «cayendo» otros personajes de menor rango que el protagonista.
Eso sí, en este caso tienes que jugar muy bien con el modo de presentar tanto el inicio como el nudo de la investigación. Especialmente para que el esquema no se repita constantemente y aburras a tu lector.
Por ejemplo, si mueren dos personas antes que la víctima esencial, dales el rango que le corresponde. Y que el modo de descubrir los cadáveres no sea el mismo en ambos casos. Tienes que variar el formato y el esquema y manejarlos muy bien.
Las amenazas y el humor, importantes
4. Puedes hacer que existan diferentes amenazas que se ciernen sobre el protagonista.
Ya estemos hablando del investigador, o de la víctima.
Lo que vas a conseguir con ellas es que el lector siempre se mantenga en tensión. Pensará «¿Y ahora qué le va a ocurrir?».
5. No dejes de lado el humor.
Todos conocemos títulos de novelas negras donde el humor o la ironía estás presentes (como algunas de las obras de Eduardo Mendoza, por ejemplo). Sin duda, son un elemento que le aporta una buena dosis de interés a la novela.
Pero no olvides que si juegas con este recurso, tienes que justificarlo. Desde el punto de vista de la historia, de los personajes, de las acciones que ocurren. No se trata de que incluyas chistes fáciles. Cada uno de los elementos de la novela ha de estar plenamente alineado con el humor.
Por ejemplo, puedes preguntarte si el detective podría ser gracioso o hacer comentarios recurrentes. Si podrías situar a la víctima en situaciones hilarantes. O si alguna de las acciones podría causar risa en el lector. O lo que es lo mismo, incluye el humor solo si la historia la planteas para que genere una sonrisa en el lector.
¿Y qué sucede con los escenarios?
6. No te olvides de describir un contexto y un escenario de una manera interesante.
El ambiente y la atmósfera en los que la historia se desarrolla son importantísimos para que la trama sea creíble. Pero también para que tu lector pueda «imaginar» y «ver» al mismo tiempo que lee.
Eso es precisamente lo que debes conseguir, que tus lectores se metan de lleno en ese ambiente que has creado, que les estás contando. Este será el que serán capaces de recrear en sus mentes. Además, ya sabes que jugando con los escenarios también puedes crear tensión en la historia.
7. Haz que los posibles sospechosos tengar riñas y discusiones entre sí.
Así, no solo le darás más hundura a la novela, sino que al mismo tiempo caracterizarás a los personajes. De este modo, el lector sabrá cómo son los «malos», qué sienten, qué les preocupa. En cierto modo humanizarás a los personajes.
Y por último, y como una última pincelada:
Conclusiones
A partir de ahora escribir una buena novela negra te resultará más sencillo con estos 7 recursos clásicos.
Además de mantener la estructura clásica con un inicio, un nudo y un desenlace, no hay duda de que puedes conseguir que la investigación y la muerte tengan aún más peso para el lector. ¿Cómo lo conseguirás?
Pues apostando por la inclusión de algunas notas de humor, por ejemplo. Estas suelen funcionar muy bien para «refrescar» la historia cuando estamos hablando de una trama oscura y farragosa, por ejemplo.
O humanizando a los «malos» a través de sus diálogos, de su modo de hablar, de sus discusiones.
Y qué importante es igualmente jugar con los tiempos. Por ejemplo, introduce más de un asesinato o incluso apostando por falsas tentativas de muerte. Toda una forma de mantener la atención del lector, palabra.
Tu plan de acción para escribir
Ahora que ya tienes algunas pinceladas para escribir una novela negra, piensa:
¿Cuáles de estos recursos han incluido en tu libro? ¿Por qué has apostado por ellos?
Analiza si existe algún modo de incluir más acción en la trama introduciendo. O varias muertes, o tentativas de asesinato del protagonista o de la víctima. ¿Cómo encajarían en tu novela? ¿De qué modo podrías incluir estos recursos?
Piensa en un diálogo breve que sirva para caracterizar a los sospechosos del asesinato. ¿Qué podrían decirse? ¿De qué manera hablarían entre ellos, o con otros personajes de la historia, para identificarse?
¿En qué tipo de escenarios has situado tu novela? ¿Cuál es la razón de que hayas escogido estos y no otros?