Madrid, 1971. Su interés por la literatura y la música llegó a muy temprana edad. Devoraba cada lectura que caía en sus manos y se desgañitaba cantando canciones de Chuck Berry, Bruce Springsteen o The Beatles en la soledad de su cuarto. Más tarde, intentaría emular a sus admirados literatos y cantantes, escribiendo canciones de amor, desamor, agonía y angustia.
Sus padres le inculcaron el amor por el séptimo arte y especialmente por las películas de los grandes clásicos como Elia Kazan o Billy Wilder. Un cimiento que le favoreció para ir confeccionando su Olimpo cinematográfico personal. Un enorme listado en el que caben desde Woody Allen y Alfred Hitchcock pasando por Spielberg y Clint Eastwood. Lo que le llevó a escribir pequeños guiones para cortometrajes que nunca llegaron a grabarse.
Los vaivenes de la vida le llevarán a colaborar con alguna compañía amateur de teatro formada por amigos suyos para quienes escribió alguna que otra obra. El gusto por el cine le hizo pasarse tardes enteras de visionados más o menos críticos, pero siempre divertidos, junto a sus amigos de la infancia. Su pasión por la música se pudo ver en celebrados programas de radio en los que fue copresentador y guionista, como el hilarante «Oigo voces», o el mítico «Vinilo en la piel». Su profundo amor por las letras le ha llevado a escribir todo tipo de relatos, entre los que destacan los de angustia, miedo y sangriento terror.
Su libro «Angustias y temores», ya tiene editorial y está pendiente de fecha de presentación