Nací en Jaén a mediados de septiembre de 1997.
Uno de los primeros recuerdos que tengo es sobre mi madre inventando historias para mí y mi hermano justo antes de dormir.
Sin embargo, mi relación con la literatura comenzó como un reto.
En el colegio nos entregaron una ficha para apuntar qué libros leíamos a modo de competición.
Un mes más tarde, me faltaban casillas para anotar títulos y poseía un hambre voraz por encontrar nuevas historias.
Unos años después, no me bastaba con leer todas esas aventuras y comencé a escribirlas.
Todas mis ideas acababan plasmadas en narraciones cortas, inacabadas, repletas de imaginaciones que fluían por mi mente sin orden alguno.
Hasta que llegó Icarus.
Soy una fan absoluta del romance, pero los corazones no solo albergan un solo sentimiento.
La vida no es el camino de flores que imaginaba cuando leía esas primeras historias y los príncipes azules muchas veces están rotos. Y eso está bien.
Sentir está bien, siempre y cuando esos sentimientos no te dominen. Lo aprendí mientras Icarus tomaba forma.
En el camino, saboreé el dolor en lágrimas, y cuando creí que nada podría ir peor, un rayo iluminó mi mente y nació mi historia.
Solo se es joven una vez, pero el corazón puede partirse unas mil veces.
Actualmente curso un Grado en Estudios Ingleses en la Universidad de Jaén, donde he descubierto que la literatura inglesa es una de las cosas que más podrían apasionarme y me encuentro repleta de fuerza para lograr mis objetivos.