Los dos pilares en los que se basa una novela son la trama y los personajes. Cuando el autor ya tiene ambos elegidos, cuenta con dos posibilidades para desarrollar la novela:
1) Escribir sin planificación: algunos autores solamente tienen un esquema básico del conflicto central y del personaje, y con esas ideas puede comenzar a escribir.
2) Escribir con planificación: otros autores tienen planificados minuciosamente todos los capítulos.
Quizá lo ideal sería buscar una situación intermedia: realizar una planificación previa, ya que tener delimitados los personajes y los conflictos de los capítulos ayuda luego a poder manejar la novela. Pero si a medida que se desarrolla el manuscrito surge otra idea que irrumpe con vehemencia o un personaje secundario se convierte en principal, hay que dejarlo que transite por la novela como quiera.
En la planificación previa se propone:
1) Tener una breve sinopsis en la que se desarrolle la trama.
2) Estructuras por capítulos.
3) Realizar dos esquemas gráficos:
a) Personajes y sus relaciones: de forma que con un vistazo el escritor encuentre la situación de cada uno.
b) Trama y conflictos secundarios, es necesario que analicemos los capítulos esenciales y los capítulos del tránsito.
Los capítulos esenciales reflejan un ascenso claro en la trama. Los capítulos de tránsito suelen ser un descenso en la curva narrativa. Necesitamos que la curva dramática ascienda a medida que avanza la novela, puede tener pequeños recesos, pero debería aumentar el interés del lector.
Este pequeño consjo forma parte del taller ¿Cómo escribir nuestra primera novela? Toda la información en nuestra web.