A la hora de enfrentarnos a estos textos es muy importante la experiencia personal del escritor. Aquellos viajes que hemos realizado, los lugares que conocemos o que hemos visitado son una gran fuente de inspiración para construir este tipo de textos.
Y es que cualquier idea, escena, lugar o viaje pueden despertar la imaginación del escritor para construir un texto, en el que él mismo puede aparecer como protagonista. También se puede optar por distanciarse de la obra que estamos escribiendo pero hay que tener en cuenta que siempre queda algo del escritor en cada una de sus obras.
Esto es muy importante en el caso de la literatura de viajes, ya que para describir un lugar es fundamental nuestra propia percepción para que sea algo real. Pero siempre hay que tener en cuenta que una buena guía es la intuición. Dejarse llevar por las emociones, los pensamientos, los estados de ánimo es una buena táctica que algunos escritores recomiendan.
Así, hay literatos que recomiendan apuntar estas sensaciones en una o varias libretas que no se deben leer hasta haberlas completado.
Una vez que esto sucede, se analiza lo que hemos escrito en ellas y se decide qué se omite, qué falta, el enfoque, etc. para, después, comenzar a escribir. Esto es muy interesante en el caso de los relatos que en este curso nos ocupan, ya que mientras realizamos algún viaje podemos apuntar detalles, sensaciones que experimentamos, experiencias vividas, etc. para construir posteriormente nuestro relato. No obstante, algunos escritores utilizan mapas, esquemas muy detallados de cada parte de la historia, etc. antes de escribir, aunque en este caso también es recomendable dejar un hueco para aquello que va surgiendo mientras redactamos.
Este consejo forma parte del taller intensivo Aprender a escribir literatura de viajes. Toda la información en nuestra web y a través del correo formacion@heraediciones.es.