El tiempo interno es el tiempo de la narración en sí, desde que ésta comienza hasta que termina. Puede durar una hora, una semana, dos años… dependerá del autor y de la historia que quiera contar.
Hay distintas formas de presentar el desarrollo del tiempo de la narración. El escritor podrá establecer el orden que más convenga. Así, existe la opción de un desarrollo lineal, comenzar desde el principio y avanzar linealmente hasta el final.
También puede elegirse el desarrollo «in media res», que es un momento de la historia que no es el inicial, el autor puede comenzar por el final e ir retrocediendo. Son muchas las posibilidades de orden de la narración, y la elección va a depender de la intención del autor.
Desordenar los sucesos también es posible y es un recurso empleado y que puede dar muy buenos resultados.
Otro de los puntos que el escritor debe tener en cuenta es que en una narración, aun cuando sea lineal y se desarrolle de principio a fin, hay determinadas acciones que el escritor no va a contar. Solo estará presente lo fundamental, de tal manera que no se den saltos en el tiempo, resultado de la omisión de determinados episodios que a nadie le importan.
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