Aunque los thriller y la novela negra no son el mismo género, ni uno lo podemos considerar un subgénero de otro, sí podemos establecer algunas similitudes, además de poder encontrar thriller en los que la trama se base en un asesinato y su posterior investigación.
Así, algunos autores definen el thriller como una obra «en la que el lector llega a estremecerse al identificarse con las hazañas o hechos audaces llevados a cabo por el héroe, y por los peligros a los que se ve expuesto».
Por lo tanto, la característica principal de este tipo de obras es la tensión que deben de tener para que los lectores puedan llegar a sentir ese estremecimiento, los personajes y los lugares exóticos, en este caso, son opcionales. Como creadores del género podemos citar a algunos escritores como Edgar Allan Poe, H. Rider Haggard, Arthur Conan…
Doyle y John Buchan, cuyas obras han servido de inspiración al thriller moderno por la forma, el contenido, el lenguaje y prácticamente por todos sus aspectos.
Como hemos dicho, el objetivo del thriller y para lo que está escrito es para estremecer. Se trata de una sucesión de hechos emocionantes. Podemos decir que este género tiene características similares tanto a la novela de suspense como a la de aventuras, aunque con ambas también guarda importantes diferencias. Así, la principal diferencia con el suspense es que los sucesos que se narran en el thriller pretenden estremecer mientras que los del suspense pretenden presentar situaciones en las que el éxito final es puesto en duda y, por tanto, crea suspense en el lector.
Por su parte, la diferencia con las novelas de aventuras la encontramos en la sofisticación de los motivos y la acción. Así, en el thriller se produce casi siempre una traición desde dentro mientras que el relato de aventuras cuenta con una manera mucho más directa de lograr un objetivo frente a una resistencia exterior. En resumen, lo que diferencia al thriller de otros géneros literarios es el mayor hincapié que se hace en la tensión, ya que es un ingrediente imprescindible.
Como características podemos hablar de:
– La necesidad de que el ritmo de la narración sea «agotador», mucho más que en cualquier otro género, a excepción de la novela de aventuras. Se trata de crear la tensión y no dar un respiro al lector desde las primeras páginas.
– Debido a lo anterior, en este tipo de obras se dispone de menos espacio para crear personajes creíbles, por lo que al escritor se le exige mayor destreza.
– Son obras muy realistas, por lo que es necesaria la documentación de todo aquello sobre lo que se quiere escribir.
Por otra parte, también podemos decir que son obras muy populares para escritores como para lectores. Hay muchas obras de este género de gran calidad por lo que es necesario trabajar duro para crear una obra que llegue a ser del gusto del lector.
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