
Mis inicios como novelista fueron un poco extraños y tardíos, pues nunca me había planteado ser escritora.
En cambio, siempre me recuerdo con un libro en las manos. Lecturas eclécticas con las que dialogaba, rebatía y reflexionaba.
Sí, mi verdadera vocación era el estudio autodidacta, y lo sentía como un proceso íntimo. Pero esa lecturas y reflexiones conformaron y condicionaron una determinada concepción de mundo. Por eso, cuando empecé a sentir la necesidad de plasmar sobre el papel esas ideas y reflexiones, me resistí. Pero el elemento dinamizador de esa imperiosa necesidad de plasmar sobre el papel el fruto, tal vez imperfecto pero sincero, de esas lecturas y reflexiones ya estaba en marcha y no tuve más remedio que hacerle frente.
ALGO MÁS QUE AMIGOS (1994)
Fue mi primer libro y el resultado de esa tentativa.
Luego vinieron otros libros y otros personajes, a los que estoy tremendamente agradecida porque me arrancaron sonrisas en momentos de dificultad:
EL CLUB DE LOS IRREVERENTES (1997)
CON EL ROSTRO VUELTO HACIA LOS RECUERDOS (2020)
VOLVERÁS A SONREÍR [(2009) inicialmente registrada con el título de “YO, SIMPLICIUS”]
Lo que me impulsó a escribir este libro fue la creencia fundada de que las injusticias consideradas en abstracto indignan a todos y mueven a la lucha con el objetivo de repararlas. Y, sin embargo, cuando se concretan, personificándolas, suelen causar indiferencia, lejos del vigor emocional de su expresión en abstracto. Consciente de ello, ¿por qué no conseguir que, al menos, en la literatura pueda haber cierta justicia poética…? Como consuelo.
El libro trata de las relaciones humanas en el ámbito profesional y de las luchas de poder entre compañeros de trabajo. Y las artimañas que se pueden llegar a utilizar para conseguir objetivos sin que el remordimiento o la empatía intervenga. Sin embargo, algunas decisiones tomadas con el fin de dañar a una persona determinada por un prejuicio clasista pueden tener un efecto boomerang; es decir, a veces, la dinámica de los hechos es independiente de la voluntad de sus protagonistas…
También trata de los proyectos abandonados, de los sueños incumplidos, de la memoria, de la culpa, de la amistad y de la traición. Y de segundas oportunidades si eres capaz de aprovecharlas.
La novela empieza mostrando un personaje, Matías, que se está acicalando delante del espejo y su gesto contrariado le recuerda que tiene un asunto pendiente de resolver: Conseguir que su jefe descarte como elegible para ocupar la vicepresidencia de la compañía a su más directo rival. Y no descarta emplear guerra sucia sin con ello logra empañar la figura de Gregorio.
Matías acude a la empresa Miralles y compañía dispuesto a disfrutar, en compañía de los ejecutivos de la planta quinta, de una cena para celebrar la consecución de los objetivos comerciales. Durante la velada Luis Matías saca a relucir, de manera intencionada, un encuentro fortuito con un conocido de todos al que acompañaba un «desharrapado» que, casualmente, fue amigo íntimo de Gregorio Sánchez, recuerdo que usará con la intención de empañar la figura de Gregorio, otro de los comensales y el rival al que Luis Matías quiere desbancar.
La mención de este encuentro despierta en Gregorio recuerdos de juventud. Sentimientos placenteros y aficiones relegadas al olvido que le llevan a presumir, debido al estado de embriaguez en el que se encontraba, de sus dotes para la escena. Luis Matías, que está interesado en que en la empresa se relacione a esas dos personalidades con el propósito de menoscabar su imagen, le lanza un reto: Montar una obra de teatro para celebrar en la empresa la fiesta de fin de año. En ese estado achispado Gregorio acepta el reto, pero pone como condición que ellos sean los actores. Todos acceden… Aunque Gregorio confía en que al día siguiente a todos les parezca una idea tan ridícula que no conviene sacarla a relucir.
Pero Matías no está dispuesto a perder esta oportunidad de poner en evidencia a Gregorio, y piensa que si logra interesar a su jefe en el proyecto será muy difícil para Gregorio dar marcha atrás.
Obligado por las circunstancias a ponerse en contacto con su amigo, en Gregorio empiezan a aflorar sentimientos de angustia y de culpa que le obligaran, otra vez, a bucear en su pasado.
A pesar del estado depresivo por el que atraviesa Guillermo, acepta la oferta porque atraviesa dificultades económicas. Y está convencido de que sabrá aprovechar esta oportunidad. Pretende mostrarse a sí mismo que a pesar de todas las adversidades se siente capaz de controlar la situación con ánimo constructivo. Que todo el sufrimiento le ha servido para domeñar sus sueños altruistas y ponerlos al servicio de un pragmatismo que hará feliz a Sofía a la que tanto le ha hecho sufrir.
Por otra parte, la elección de Gregorio de la obra YO,SIMPLICIUS (obra de juventud que le enfrenta a los cambios de mentalidad y de ideales) es una calculada y fría venganza por la situación tan esperpéntica en la que le ha puesto el maquinador Matías. Está deseando ver cómo se desenvuelven interpretando personajes que les harán sentir ridículos y risibles, algo que sus egos no lo soportarán.
El intento de montaje de la obra supondrá para los ejecutivos una retahíla de inconvenientes difíciles de sobrellevar, alterando la apacible y controlada vida de los altos ejecutivos de Miralles y Compañía.