Nací el 13 de marzo de 1933 en una ciudad del sur de Chile. Sí, efectivamente tengo ochenta y tres años y no hace mucho que he terminado mi primera novela, «Vigilante del Pasado».
¿Cómo llegué a ser escritor? Todo comenzó con un carta que escribí a una amiga de mi infancia, que mucho sabe de literatura, contándole las vicisitudes por las que había pasado durante mi estadía en la India en el año 1972. Como
respuesta recibí una nota que decía: «Tienes talento para reseñar la realidad». ¿Por qué no
escribes ahora un cuento? Así lo hice, titulándolo «La batalla que nunca existió», que recibió el premio de una revista cultural de la cual no quedan huellas. Y a continuación otro sobre la India que llamé «El Rubí». Fue entonces cuando mi amiga dijo: «Ya es hora que escribas una novela». Mucho había escrito hasta ese momento: sentencias, instrucciones y toda clase de informes para un Tribunal Administrativo (soy abogado), pero…¿una novela?
La Dictadura militar de Pinochet en Chile nos lanzó a mi familia y a mí al exilio, y así llegamos a Alemania, en donde fuimos bien recibidos. Cuando por fin pude acogerme a jubilación pensé que había llegado la hora de escribir una novela.
Siempre me había gustado la Historia y creí que sería un tema adecuado . Empecé titubeante, pero me sucedió algo extraño: comenzaron a acudir ideas, primero tímidamente y luego como un torrente que me obligaba a verterlas de manera casi compulsiva. Era como si el espíritu de un escritor avezado se hubiera introducido en mi mente, dictándome lo que tenía que escribir. Y las doscientas páginas que había planeado se convirtieron en casi ochocientas, las cuales, luego de una poda, quedaron reducidas a algo más de seiscientas.
Tras la enorme satisfacción de ver concluida esta obra pienso seguir escribiendo.