Dicen que hacer fotos en blanco y negro es fotografiar el alma. yo escribo de mi puño y letra y a lápiz para eso mismo, para dejar volar la mía. Sin miedos, libre, dejando atrás lo que no debía haber sido por lo que debe ser.
Escribir siempre me apasionó, desde muy joven. Mis amigos me pedían que les escribiese las cartas para sus novias, escribía también para presentaciones, cumpleaños, bodas, reuniones, obras de teatro y canciones.
Enamorado de la escritura como de la montaña, donde tanta paz hallo como páginas escribo en su soledad y la paz de su cima.
Me pierdo en sus paisajes como lo hago en el diccionario, para reencontrarme sin arrepentimientos y abrazar esta vida sin perder más intentos prometiendo sacar todo lo que llevo dentro.
Quiero que el lector haga de mi novela su dialecto, visualice a la vez que imagine los lugares, los personajes, y comprenda que en esta vida nunca hay que dar nada por hecho y que hay que saber hacer por nada.
Ser «novel» no prima con todo aquello perfecto y sencillo. Es dificultad y puerta cerrada, injusta a veces la oportunidad que llega en ocasiones sin nada.
Los días y las noches cambian su luz fingiendo un abrazo prisionero, condición de la razón hasta rasgarse el pecho por uno, intentando que nazca un sueño sembrado con la causalidad.
Me queda mucho por hacer, aprender y recorrer, espero que me acompañes para hacerlo a tu lado y llevemos de la mano a ELLAMANTE hasta otras manos de pasado, presente y futuro.