El personaje esencial de una novela puede ser uno solo, o bien pueden ser varios. Es el denominado «protagonista». Todo debe girar en torno a él, ha de quedar claro que es el protagonista de la historia.
El escritor debe tener claro quién o quiénes son los personajes principales o secundarios, no dará resultado si se confunden, pues la confusión también será el resultado de la narración, y la claridad es una de las metas.
El autor pondrá especial atención a la descripción que realice del personaje e intentará que no sea excesivamente larga. Puede servir la descripción hecha por otro personaje, que no sea el narrador quien los describa. E igualmente los actos que el personaje realiza sirven para describir a éste.
Los personajes principales son los que desencadenan todos las historias, por eso son los protagonistas. Si el escritor pretende introducir al lector en la historia, tiene que lograr que se interese por los personajes y cuanto les sucede. Pero esta información debe dosificarla el autor, no puede ofrecerla toda en el primer capítulo.
Este truco forma parte del Taller de escritura creativa: ¿cómo utilizar la imaginación en nuestros textos literarios? Toda la información en nuestra web.