El género fantástico en sus diversas ramificaciones, del terror sobrenatural a la fantasía pura, pasando por la ciencia ficción, llega al cine poco después de que éste naciese, a finales del siglo XIX. Y es que el cine fantástico mudo supone el primer peldaño en el transcurrir del género considerado como una aportación específica al conjunto del Séptimo Arte.
El fantasma de la ópera, Drácula, Quasimodo o Frankenstein son personajes imperecederos de este género, nacidos de una fuente literaria e insustituibles en la imaginación de los hombres del siglo XX, y que aparecen por primera vez en pantalla durante los años del cine mudo, entre 1895 y los primeros años 20.
Otros temas abundantes y dispares de la fantasía se presentan en el cine, como los viajes de Julio Verne, las atormentadas historias de Poe, las utopías y distopías de la ciencia ficción, los delirios vanguardistas, los viajes interestelares, el horror gótico y el horror realista, los nigromantes y los sabios locos, los psicópatas criminales y los héroes que se enfrentan a cientos de peligros, las alteraciones de personalidad, Satán o el erotismo inquietante, entre otros.
El lenguaje del cine se basa en unos puntos básicos, que son: un peculiar equilibrio entre la farragosidad y la concisión en la estructura narrativa; la trascendencia dramática de la escenografía, dentro del aspecto plástico; una emotividad muy destacada y que se relaciona con el tono; reminiscencias teatrales en la interpretación; y sentido melódico del ritmo.
El pre- cine fantástico está caracterizado por la figura singular del pionero francés George Meliès. De este modo surge una debilidad por la ciencia ficción en el recién nacido cine fantástico, que se prolongará y robustecerá durante los primeros 15 años. En el primer lugar donde esto ocurra será Francia, con más creaciones de Meliès e incluso con una réplica de su supuesto rival realista, Louis Lumiere. Las aportaciones españolas están marcadas, a su vez, por el país galo, pues se reducen a la creatividad de Segundo de Chomón.
El cine fantástico corresponde a películas en las que la fantasía es el tema fundamental, donde se incluyen la magia, los mundos de fantasía exótica, o hechos, personajes o criaturas absolutamente irreales que no pertenecen a la realidad conocida de nuestro mundo, en contraste con el cine de ciencia ficción o de terror, que pueden tener una base realista o científica.
El cine de superhéroes también parece cumplir los requisitos de género de fantasía o de ciencia ficción, aunque puede considerarse como un género en sí mismo.
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