A medida que evoluciona el género fantástico, los protagonistas del relato se ven despojados de cualquier rango de excepción para favorecer su identificación con el mundo real de la que depende el efecto fantástico.
El escritor de relatos fantásticos debe tener en cuenta algunos aspectos sobre sus personajes antes de darle vida en el texto. No es necesario que luego vuelque en el papel todas las características del personaje, pero sí debe tenerlas siempre presentes. De este modo se logrará coherencia y credibilidad, y un personaje con credibilidad actuará con personalidad, llevará a cabo acciones consistentes y se comportará de tal forma. Para ejecutar estas acciones, es necesario que el escritor realice una ficha con los elementos que definirán al personaje, entre los que se pueden encontrar:
1) Aspectos físicos: sexo y edad; tamaño, color, peso, cabello y belleza; vestimenta; higiene; tics, cicatrices, marcas, defectos físicos; actitud corporal.
2) Historia: lugar de origen; familia, parientes, amigos; ambiente y educación familiar; estudios, profesión, trabajo; hechos clave de su vida.
3) Psicología: carácter; humor; inteligencia; motivaciones; gustos; traumas.
4) Posición y función del relato.
Este sencillo truco forma parte del curso «La literatura fantástica: un acercamiento a nuevos mundos». Toda la información en nuestra web o bien a través del correo electrónico formacion@heraediciones.es.