Utilizar acciones y ambientes que provoquen inquietud, junto con la eliminación de añadidos que puedan estorbar al núcleo de la historia son dos de las claves para conseguir el suspense en las obras infantiles.
También hay que tener en cuenta tanto el inicio como el final del relato. El primero ha de ser contundente y presentar los hilos que se retomarán durante el desarrollo.
Pero, ¿qué otras estrategias se pueden emplear para generar suspense?
– que el lector sepa tan poco como sabe el personaje.
– que el lector sepa más que el personaje.
– que al lector se le oculten datos que provocan su curiosidad.
– que los sucesos se acumulen y se busque una vía para desentrañarlos.
– que un suceso de sentido a sucesos anteriores.
– que el narrador ofrezca pistas falsas.
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