En septiembre de 2007 comienzo mis estudios de ballet clásico en la Escuela Vocacional de Arte «Alfonso Pérez Isaac», donde participé como coreógrafa en muchos Festivales Provinciales y Concursos Coreográficos obteniendo siempre los mayores reconocimientos.
En 2011 recibo una beca de verano en la compañía Liz Alfonso.
En 2012 me gradúo de Nivel Elemental en la Especialidad de Ballet y hasta 2015 curso mis estudios en el Pre Universitario «José Luis Dubrocq», donde me gradúo de bachiller.
Comienzo en la Universidad de Matanzas, en la especialidad Educación Artística.
En 2016 participo en el Festival Provincial de Artistas Aficionados de la FEU, donde obtuve un Reconocimiento de Oro por la serie fotográfica «Inocencia Mojada», y en noviembre de este año me desvinculo de la Universidad para continuar mi crecimiento artístico en otro tipo de asociaciones mientras comienzo a escribir mi primera novela.
Luego tomo el curso «Técnicas Fotográficas» impartido por el fotógrafo Juan Seguí Morales en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), participo en varias exposiciones donde obtuve reconocimientos como en el concurso «Amor» de Varadero, donde gané una mención especial que me condujo a ser entrevistada en el telecentro de Matanzas.
En el año 2017 curso «Producción Artística» y «Habilidades Directivas» por el Centro de Superación para la Cultura, y luego estuve en el taller de «Guion de Radio y Televisión» en La Habana a cargo de Leonilo Guevara Vázquez.
Más tarde, me dedico a estudiar fotografía, edición de vídeo, cine y escritura con Jean Pierre Monet.
Durante el verano me incorporo al Taller de Literatura impartido por la poetisa Yanira Miramón.
Finalizando el año 2018, realizo mi última exposición fotográfica, la cual fue nombrada “El arte de perder”, inspirada en el poema de Elizabeth Bishop, y decido centrarme más en la literatura porque sentía que era a través de la única rama artística que me podía expresar plenamente.
En enero de 2018 abro el blog “Al borde de la realidad”, a través de otras redes sociales comparto mi trabajo bajo el seudónimo Claire Garbo.
Comienzo a formar parte de los encuentros literarios de la Asociación Hermanos Saíz, donde hago lecturas y comparto mi trabajo, y en septiembre de 2019 obtengo el certificado del curso “Habilitación para especialistas de literatura”.
En estos momentos continúo colaborando con Jean Pierre Monet, tanto en modelaje fotográfico como en la creación de un corto audiovisual basado en uno de mis escritos, “Autorretrato”, y curso online el taller literario de escritura creativa “Tell Your Story” a cargo de la escritora y periodista Sandra Barneda.
Siempre ha existido un debate sobre cuál de todas las artes es la más completa, y sin duda yo respondo que la literatura, porque en mi caso es en la única que me hago entender al cien por cien, a través de la cual compruebo que no me dejo nada por dentro.
Aunque debo decir que la encontré tarde, comencé a escribir a los 19 años mientras pasaba por una situación que sentía no podía hablarla con nadie, así que decidí hacerlo conmigo misma y con una pluma y un papel me desahogué por horas.
Al terminar me di cuenta que no solo había hecho eso, sino que había convertido mis pensamientos en una historia, había escapado a un mundo irreal con mi completa realidad, ahí sentí que había encontrado “mi lugar en el mundo”.
No hay cosa que me haga más feliz, que me cure y me proteja más que ver mis propias palabras en lo que solía ser una hoja en blanco, sacarlas de mi sistema me relaja y alivia, me organiza los pensamientos y estabiliza las emociones.
Es un ritual en el que doy salida a las voces de mi cabeza para dejar espacio a nuevas reflexiones; además de servir para entenderme a mí, me ha hecho entender al mundo, a las personas, me ha acercado a ellas y me ha permitido ayudarlas de un modo que no creí que fuera capaz alguien como yo.
Con que mis letras lleguen a una persona y le sirvan de ayuda, yo me doy por satisfecha… Hoy día tengo cuatro obras finalizadas y registradas y varias en proceso, vivo bajo el mantra del gran Fernando Pessoa “vivir no es necesario, lo que es necesario es crear”.
La obra Tras Bastidores surge de la necesidad de dar al mundo otro punto de vista de la pérdida, hacer un recorrido por cómo lo vive quien la va a sufrir u ocasionar, quienes están a su alrededor, quienes avanzan a pesar de ella y quiénes no.
Explica que junto a la palabra muerte no puede ir el acompañamiento de “superar”, que no hay dolores, pérdidas o amores de primera y segunda categoría, no duele más una muerte repentina que una por larga enfermedad, ni la de un familiar más que la de un animal o una pareja.
Quiero hacer entender que no estamos programados para pasar las cuatro fases del duelo, que a quien le arrancan un trozo de vida es imposible que siga viviendo de la misma manera, que hay muchos que sí lo consiguen y eso está perfecto, pero también lo está el no conseguirlo.
No debemos sentirnos menos porque los días se nos hayan apagado un poco, ni arrancar de nuestra memoria lo que nos hizo daño o la existencia de una persona que amamos, hay que guardar los recuerdos y vivir con ellos anidados en nuestro corazón para bien.
No tenemos que vivir reconstruyéndonos porque lo dicen los libros de autoayuda, debemos abrazar nuestras heridas y nuestro pasado porque la respuesta no siempre está en decir: adiós.
Escribí la novela desde mi propia experiencia, lo que me hizo desear dejarlo en ocasiones o escribir sin profundizar.
Fue un largo y difícil camino, pero me siento orgullosa de haberlo hecho y no abandonarla porque vi claramente cosas que antes no era capaz de ver sobre mi madre y mi forma inconsciente de enfrentar su partida.