Existe un momento en la vida en que toda persona puede sentir la necesidad de relatarse de una forma diferente a la habitual. Tarde o temprano, el ser humano pasa por esta etapa para resistirse al olvido de la memoria; así se asume la tarea de narrar en primera persona lo que se ha vivido en el pasado. Esta necesidad toma el nombre de «pensamiento autobiográfico».
Para poder escribir sobre sí mismo, el autor para por un primer momento, el de la retrospección, el de las miradas al pasado. Un segundo momento es el de la interpretación, de la traducción de un texto a otra más actual y adecuada a los nuevos tiempos. Y un tercer y último estadio está dedicado a la creación de sucesos y personajes, que se irán independizando poco a poco del propio autor del relato autobiográfico. Durante el proceso de recuerdo y de escritura, el autobiógrafo habrá aprendido a sentirse mejor.
A lo largo de esa fase interior de reconocimiento, el escritor descubre dos sensaciones: una, la saciedad; otra, la insaciabilidad de vivir. Así no hay duda de que el trabajo del autobiógrafo sirve para nutrirse de existencia.
Pero, en realidad, ¿qué «poderes analgésicos» tiene la escritura autobiográfica? Se puede hablar de varios:
1- Las evanescencias, o sentir el placer de recordar. El poder curativo de la evanescencia alimenta un sentimiento de desapego, que es el primer requisito de un bienestar que proviene exclusivamente del escritor.
2- Las convivencias. Empiezan donde termina el interior, aunque se van desplazando hacia otros «lugares». Es bueno comunicar a los demás estas historias evanescentes en vez de guardarlas para sí.
3- Las invenciones, que se basan en el hecho de que el autor de la autobiografía se separa de sí mismo. Este asiste a una transmutación que le multiplica y le transforma de repente en otro personaje.
4- La personalización. La autobiografía requiere una gran sistematicidad y una organización meticulosa, que es lo que se conoce como personalización.
Este consejo forma parte del tallerr Narración autobiográfica: cómo escribir sobre una vida.