Las novelas varían según el tratamiento que un autor le da a la trama relacionado con el contenido de cinco grandes grupos:
1) Novela de acción, suspense o policíaca. Es importante mantener el suspense hasta el último capítulo. Es conveniente que el lector se sorprende a medida que se resuelven conflictos menores en los diferentes capítulos. Ejemplo: «El alquimista impaciente», de Lorenzo Silva.
2) Novela de personaje. Puede incluir la novela romántica o la novela psicológica. Toda la novela gira en torno a los protagonistas y puede centrarse en momentos puntuales en los secundarios. Ejemplo: «La plaza de los diamantes», de Mercé Rodoreda, o «El manuscrito carmesí», de Antonio Gala.
3) La novela histórica o social. Puede incluir la novela de costumbres. Se relaciona el personaje con la sociología del momento. Lo más importante es la relación del personaje con el momento histórico. Algunas veces describe una reivindicación social histórica. Algunas veces una reivindicación social frente a la injusticia. Ejemplo: «La voz dormida», de Dulce Chacón, o «Requiem por un campesino español», de Sender.
4) Novela fantástica. Se sitúa en un mundo ficticio. También incluye la ciencia ficción. Ejemplo: «El Señor de los Anillos», de Tolkien.
5) Novela de humor. A través de la parodia plasma situaciones ridículas, normalmente con un trasfondo trágico- cómico, como el caso de «Wilt», de Tom Sharpe.
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