El escritor, ¿cómo decide el inicio? El conflicto se puede introducir desde el inicio o después de una larga parte introductoria. Hay autores que tienen pensada la novela completa, la inician por la primera página y siguen ordenadamente hasta el final.
Otros avanzan por distintos caminos, que se unen en un común denominador. También están aquellos que comienzan por el final y aglutinan diferentes partes sabiendo que deberán organizarlas respetando ese final.
Muchas son las variantes de escritura de una novela. Cada autor la escribe como le señala su intuición, pero la primera frase, el arranque de la historia, no es nunca definitiva hasta que el escritor no tenga realizada la novela completa. Hay que encontrar la primera frase, armarla con sabiduría, de manera que abra una expectativa al lector, pero es un tema difícil.
En el primer párrafo el novelista instala al lector en un ambiente, en una atmósfera, en un conflicto o en una situación.
Ese inicio marca una ruptura con la linealidad. Y el inicio es la compuerta tras la que se presenta un mundo singular.
Siempre es recomendable escribir comienzos diferentes: una vez que el autor tiene la historia, debería ensayar comienzos alternativos, no muy complejos, con solo dos o tres párrafos, de forma rápida, escogiendo diferentes formas de presentar la información. Esta práctica suele proporcionar más de una sorpresa agradable.
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