Nuestro autor nació en el año 1949 bajo los auspicios del signo Leo, aunque él siempre dice que la auténtica edad y el carácter no lo refleja el D.N.I, sino las experiencias y el como se siente el cuerpo después de ir atravesando la vida.
Se crió, hizo deporte de competición y estudió su carrera de Profesor Mercantil en Vigo. También hizo el curso de adaptación del título, al de Licenciado en Ciencias Empresariales, y abandonó los estudios de económicas en el último curso (pues ya estaba trabajando en una empresa importante); no le enseñaban nada nuevo y le robaba mucho tiempo libre.
Tiempo que dedica a su pasión por vivir la vida. Debido a esta pasión, escogió un trabajo que le dejaba las tardes libres, abandonado un jugoso empleo pero que requería atención a plena jornada.
Al cumplir los 13 años cogió al “¿azar?” un libro de la biblioteca de su padre, Jane Eyre, de Charlotte Brontë, descubriendo una historia apasionante: desde entonces no ha parado de leer.
También tiene pasión por la música; la guitarra siempre fue unos de sus instrumentos favoritos, siendo así que en la juventud madurez, fue miembro activo y constituyente de la Asociación Guitarrística Galega, formada por guitarristas profesionales y amateurs, organizando conciertos en iglesias, pazos y monasterios gallegos.
Ya de joven escribió sus primeros poemas impulsado por su madre, que también los hacía y se los leía. Pero después, la vida le llevó por otros derroteros.
No fue hasta el año 2007, y el tiempo libre total que le trajeron las circunstancias, que se decidió a escribir la historia que hacía tanto tiempo le rondaba por la cabeza, materializándose en su primera novela histórica, «Iagol, el testigo de Jeshua», publicada en colaboración con Editorial Manuscritos.
Desde el momento que decidió ser escritor, y como no tenía conocimientos formales y técnicos de cómo escribir un libro, comenzó a formarme acudiendo a diversos talleres de creación literaria. De esta manera, y después de aprender los fundamentos básicos del oficio y de muchas correcciones, salió la novela a la que se refiere.
Le han «inyectado» el virus delicioso de la escritura que ha invadido sus neuronas, y espera que ese dulce placer dure el resto de sus días. Su capacidad de plasmar las ideas que le bullían y bullen por la cabeza, se amplió a relatos cortos y poesía.