La corrección que Amalia me ha entregado de El laberinto de los hombres ha sido muy meticulosa y precisa, ha hecho un gran trabajo y lo aplaudo porque he aprendido mucho de ella, de Amalia.
He visto elementos que habían pasado desapercibidos para mí, pero con su ayuda los estoy mejorando.
Y es que, gracias al trabajo de Amalia, he descubierto, con su ayuda, que el libro carecía de ritmo en algunas partes, y otras más tenían narraciones innecesarias y muy extensas, así que he tratado de encontrar un ritmo en el que hubiera equilibrio entre la narración y los diálogos.
Así, he reescrito la historia, con el propósito de nutrir la trama, con los elementos necesarios y sin tantos rodeos.
Muchos personajes fueron eliminados, porque no tenían nada que aportar a la historia, fui lo más objetivo y exigente con mi trabajo para entregar algo más fluido que no pueda aburrir al lector.