Nací en Santander en 1980 y vivo desde hace trece años en Madrid. Comencé a escribir narrativa a una edad temprana, y desde muy pronto tuve el deseo de ser escritor y ver mis obras publicadas.
A los veintisiete años surgió mi primera oportunidad, cuando fui elegido ganador del XI Premio de Novela Joven de la Comunidad de Madrid por mi novela Comet, publicada por la editorial Lengua de Trapo. La novela fue objeto de reseñas elogiosas en algunos medios importantes, como en El Cultural.
Aunque conservo un gran cariño hacia Comet, en mis siguientes empeños literarios traté de cambiar el estilo, la temática y el tono. Intenté eludir en lo posible lo íntimo y personal para probarme en terrenos que hasta entonces no había explorado. Así surgió Los benditos (2015), un relato tragicómico que tiene lugar en un dominio colonial español en América. La novela atrajo la atención de la editorial El Desvelo, que la publicó y que ha depositado su confianza en mis proyectos literarios posteriores.
En 2017, El Desvelo sacó a la luz mi novela Consolación a Paulino (2017), una parodia sobre las clases acomodadas durante la posguerra, y en 2022 hizo lo propio con Luminaria, alegato elitista y exculpatorio de un poderoso abogado al que se acusa de un crimen.
Durante los últimos dos años he estado trabajando en mi actual proyecto, Letras impunes. La novela, escrita primordialmente en forma de diario, narra la atormentada estancia de una mujer en la casona rústica de su anciano tío Leandro, un literato caído en el olvido.
Ante el incierto motivo de la invitación de su tío, la narradora se sumerge en una indagación obsesiva de las razones por las que está allí, hasta que descubre que Leandro pretende valerse de ella para sustraerse al olvido. Si en un principio la narradora se rebela contra ese designio, con el paso de los días acaba plegándose a él, al percatarse de que realzar la gloria pasada de su tío es una manera de tolerar el fracaso propio y dar sentido a una vida sin rumbo.
Letras impunes es una novela misteriosa y críptica, en la que la información se administra con cuentagotas, y que confía en la habilidad del lector para desentrañar sus notas más íntimas. Su tempo es pausado y su tono irónico. La obra forma un conjunto hermético en el que la reflexión prevalece sobre la acción, y se beneficia, por ello, de una lectura paciente y reposada.